Es un virus neurodermatotropo, cuyo modo de contacto
inicial es por inhalación de gotitas que penetran
en el organismo a través del aparato respiratorio,
con un periodo de incubación de 1 a 3 semanas.
El virus varicela-zóster es el causante de la varicela
como infección primaria, afectando principalmente
a niños, mientras que su reactivación en adultos da
lugar al herpes zóster.
Manifestaciones Clínicas
La varicela es altamente contagiosa, en niños es más
leve pero en adultos tiende a ser algo más severa. Las
lesiones orales incluyen la presencia de vesículas en los
labios y el paladar tanto duro como blando.
Tanto la infección primaria como la secundaria puede
dar lugar a lesiones gingivales. Tras la infección
primaria el virus permanece latente a nivel de la
raíz dorsal de las células ganglionares.
El herpes zóster resulta de la reactivación del mismo
virus latente.
A nivel oral las vesículas se rompen para formar lesiones
ulceradas con bordes rosados prominentes
que semejan úlceras aftosas.
En la piel aparecen erupciones de vesículas intraepiteliales
que causan un dolor constante o intermitente
y que se describe con carácter quemante.
Las lesiones se distribuyen de forma unilateral a lo
largo del nervio infectado
Existe cierta preferencia por las ramas maxilar y
mandibular del nervio cuando la reactivación ocurre
desde el ganglio trigeminal.
Si hablamos del ganglio geniculado puede producir
el Síndrome de Ramsay Hunt que cursa con parálisis
facial unilateral, dolor, vesículas en el pabellón auditivo.
El herpes zóster en su manifestación oral podría incluso
dar lugar a necrosis del periodonto y alteraciones
óseas maxilares produciendo secuestros y pérdidas
dentarias.
En individuos inmunosuprimidos, éstos podrían experimentar
una mayor incidencia y recurrencia de
infecciones por herpes zóster, convirtiéndose en un
dolor crónico que podría afectar al sistema nervioso
central e incluso provocar la muerte. Cuando aparece
en individuos de la tercera edad puede ser indicador
de afectación sistémica.
Diagnóstico
Citología exfoliativa
Pruebas serológicas
Tratamiento
El tratamiento es sistémico, empleando Aciclovir a
dosis altas de 800 mg, 5 veces al día, durante 15
días, Famciclovir 500 mg 3 al día o Valaciclovir 1.000
mg 3 veces al día durante 10 días.
Para el control del dolor suele recetarse paracetamol
con codeína e incluso antidepresivos como la amitriptilina
y/o anticonvulsionantes.
El tratamiento antiviral es obligatorio en pacientes
mayores de 50 años, ante el riesgo de desarrollar
una neuralgia postherpética. En jóvenes, sólo, si el
dolor es moderado o severo o si hay un compromiso
del área oftálmica. El tratamiento es más efectivo
si se inicia en las 72 horas tras el comienzo del
rash.
Referencias
Bascones M. Pousa C.Avances en odontoestomatología.vol27.no.1.2011
http://scielo.isciii.es/pdf/odonto/v27n1/original1.pdf